Tapiadores:
Eran los que hacían las famosas murallas de adobe. Para hacer una tapia, se preparar la tierra, para elaborar el cimiento. Este podía ser de cemento, y, de barro; se debía poner las piedras; se le da el nivel de 20-30-40 cms.
para arriba, ir embarrándolo y, ahí con una lienza se
realizaba  la línea y después se debe aplomaba bien el tapial, 
si quedaba ladeado era malo, por ende se caía la muralla. El tapial es el cajón que se pone para echar la tierra adentro para hacer el molde. Es muy pesado; por hoja no tanto, pero varias, si. Es de madera, debe ser como de un metro de alto.
Fuera de la tierra se usaba el barro, el “pisón” que podía tener 4,5 o 6 kilos.
La tapia tenía como un metro y medio de largo y de ancho, puede tener distintas medidas,como se quería hacer;la altura de 2 metros aún cuando se realizaban de 50,60, 40 centímetros, la de arriba es la que se angostaba. El material principal era la tierra la cual tenía una preparación de cuatro días, después se remojaba y ahí se debía empezar, al momento, ya que después se secaba.
Algunos le echaban paja. La parte que cubre la tapia se llamaba “lomo de toro”; de ahí se ponía unas tablas, y una teja; así dejaba un desnivel para que corriera el agua; la forra abajo en la tapia, la tabla, la tierra que colocaba húmeda.
Por lo tanto se iba regando con la pala. Debía quedar bien aprensada; y duraba años y años. Se debía
trabajar con otra persona ya que para una persona  era mucho trabajo; además la tapia de arriba ocasionaba el subir y bajar constantemente con los moldes. Antiguamente las tapias se utilizaban para construir casas, cierres, y otras construcciones. 
Existía un molde ladrillero, “adobera” que tenía 60 centímetros y especialmente se utilizaba colocarlo arriba de las tapias para las casas, dando el ancho de la tapia. Además en la comuna existieron los artesanos que hacían tejas cuyos moldes eran maderos tallados.